Ocho toneladas/ha de sorgo de grano en el norte de Francia. ¿Posible a corto plazo?
El doctor Walter A.J. de Milliano es un pionero del sorgo made in los Países Bajos, donde introdujo su cultivo hace una veintena de años. En 2020, decidió ampliar su terreno de experimentación a Francia para analizar el potencial de rendimiento del sorgo. «El cambio climático comprende un descenso de las precipitaciones de la primavera al otoño. Por tanto, los productores de cereales buscan nuevos cultivos cuyas necesidades hídricas sean inferiores a las de los cereales que siembran habitualmente. Eso sí, siempre que los sorgos sean productivos», aclara.
Para saberlo, se realizó un ensayo en colaboración con el agricultor Gauthier Dejaiffe en una superficie de una hectárea, en el centro de una explotación de cereales a 100 km del norte de París. Se probaron dos variedades neerlandesas con granos de 18 a 25 g (de semilla pequeña) en el terreno de este agricultor, quien nunca había cultivado sorgo.
De cinco a ocho toneladas/ha según la variedad.
Alcanzada la madurez entre los 120 y los 160 días, los sorgos analizados permitieron cosechar cinco toneladas/ha con un 12 % de humedad solamente con la primera variedad, y casi ocho toneladas/ha con la segunda variedad.
Muy animado, el doctor Walter A.J. de Milliano nos explica por qué estos resultados experimentales son prometedores: «El rendimiento obtenido indica el potencial del sorgo neerlandés en condiciones reales de explotación. Demuestra que estos sorgos se pueden producir no solamente para el forraje y la metanización, como en los Países Bajos, o para los biocarburantes, sino también para el grano al norte de París. Esto también sugiere que podría haber oportunidades de diversificación para los productores de trigo en las regiones al norte de Francia con el sorgo de grano sin gluten. Asimismo, del sorgo de grano puede obtenerse bioenergía».
Diversificación sin inversión
El agricultor Gauthier Dejaiffe destaca otras ventajas personales: «Cultivo del futuro por su lado rústico, el sorgo no requiere ninguna inversión específica en materiales. Se adapta a los tiempos que corren por su reducido nivel de insumos y su baja necesidad hídrica (inferior a la del maíz). El sorgo mejora la estructura del terreno por su sistema radicular y podría sembrarse en tierras heterogéneas con menor potencial. También permite introducir un nuevo cultivo en la rotación».
Según él, el potencial también es financiero, ya que las variedades probadas apuntan a un buen rendimiento de entre 50 y 80 quintales/ha (en grano). Y también se siente animado a continuar el experimento: «el próximo año ensayaremos con dos variedades más, una de ellas híbrida, y cosecharemos una parte como ensilaje para analizar la capacidad metanógena, ya que la suma del almidón y del azúcar de la planta puede ser superior a la de un maíz».
Implicarse en la búsqueda de oportunidades
«Para el desarrollo del sorgo en nuestras regiones, necesitamos oportunidades y organismos de recolección. Valoramos proyectos de transformación del sorgo en la región para establecer una economía circular local y, de esta forma, suscitar más interés por este cereal».