Sorgo para paliar la carencia de vitamina A de ciertas poblaciones de África
Aunque es rico en proteínas, fibra y vitamina B, el sorgo no contiene apenas vitamina A ni determinados minerales. Los científicos buscan crear variedades que presenten concentraciones más elevadas de estos elementos. ¿El reto? Cubrir las necesidades nutricionales de poblaciones de África subsahariana, sobre todo de los niños, para quienes el sorgo constituye un alimento básico.
Desde hace más de 20 años, científicos de diferentes centros de investigación (1) colaboran para desarrollar variedades de sorgo más ricas en vitamina A y capaces de absorber en mayor cantidad determinados minerales como el hierro o el zinc. El objetivo es paliar las carencias observadas en los regímenes alimentarios de ciertas poblaciones de África subsahariana, sobre todo de las madres y los niños, que consumen el sorgo en forma de papilla. Este cereal constituye un alimento básico para ellos y representa una fuente importante de carbohidratos. De hecho, la falta de vitamina A altera el funcionamiento del sistema inmunitario y aumenta los riesgos de ceguera y fallecimiento por infección, especialmente en el caso de los niños pequeños.
Primeros resultados alentadores… En el laboratorio
Aunque el sorgo es rico en proteínas, fibra y vitamina B, tiene un contenido bajo en vitamina A. También presenta ácido fítico, un compuesto antinutricional natural que impide la absorción gastrointestinal de minerales como el hierro o el zinc. Por tanto, la meta de los científicos es conseguir perfeccionar variedades enriquecidas con vitamina A y que contengan una enzima fitasa más eficaz, capaz de descomponer el ácido fítico. Los investigadores utilizan herramientas biotecnológicas de selección vegetal que se basan en la detección de genes de interés y su integración en el genoma de la planta.
Hallar el equilibrio perfecto
Al mismo tiempo, el equipo realiza pruebas de cómo diferentes preparaciones de papillas influyen en la degradación del ácido fítico y aumentan la disponibilidad de los minerales para su absorción. ¿Cómo? Con un modelo en el laboratorio que simula el aparato digestivo humano. Para los investigadores, el desafío reside en encontrar el equilibrio perfecto, ya que aumentar las concentraciones de minerales en el intestino parece disminuir la absorción de vitamina A. No obstante, los resultados iniciales son prometedores: las primeras líneas de sorgo desarrolladas pueden proporcionar 32 veces más vitamina A que las variedades clásicas mientras ofrecen concentraciones más elevadas de hierro y zinc. De esta manera, unas porciones de papilla fabricadas con estas nuevas líneas podrían teóricamente bastar para cubrir las necesidades diarias de vitamina A de un niño de entre cuatro y ocho años.
Sin embargo, se necesitarán ensayos futuros en personas para corroborar estos primeros resultados, alentadores y esperanzadores para múltiples poblaciones de África.
Enlace para consultar el artículo (en inglés): https://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2023/fo/d2fo03606a