El sorgo en las rotaciones. Múltiples ventajas.

 

Diversificación de cultivos, control de las gramíneas de otoño, flexibilidad en el calendario de siembra en primavera, fertilidad del suelo, resistencia frente al cambio climático…  Trazamos un panorama general de los diferentes beneficios que esperar de la presencia del sorgo en las rotaciones con Aude Carrera, ingeniera regional en ARVALIS.

 

Rotaciones con sorgo y control del ray grass inglés y la cola de zorro

Introducir un cultivo de primavera como el sorgo en las rotaciones orientadas principalmente a cosechas de invierno permite romper el ciclo de las malas hierbas otoñales. Es una forma eficaz de limitar la propagación de malas hierbas difíciles de controlar, como el ray grass inglés y las plantas de cola de zorro.

En ciertas situaciones (por ejemplo, en laderas con poco riego), dicha diversificación es ideal porque se trata de rotaciones muy breves de trigo, cebada y colza o trigo, cebada y girasol en las que el espacio para el maíz es muy limitado. En este contexto, el sorgo se presenta como una verdadera oportunidad.

 

Rotaciones con sorgo y nuevas salidas

En todo tipo de explotación es interesante diversificar las producciones para multiplicar las salidas, las fuentes de ingresos y repartir los riesgos. En este contexto, la diversidad de salidas que proporciona el sorgo es una ventaja valiosa: producción de sorgo en grano en explotaciones de cereales, producción de sorgo forrajero en explotaciones para el ganado, producción de sorgo para biomasa que alimente plantas de biogás…

 

 

Rotaciones con sorgo y sencillez

Los agricultores que quieran introducir el sorgo en sus rotaciones no tienen que hacer ninguna inversión concreta. De la siembra a la cosecha, ya disponen de los equipos necesarios porque son los mismos que utilizan en la producción de cereales de paja o de maíz. Para la siembra es preferible recurrir a una sembradora monograno, pero también es posible sembrar con una máquina para trigo. Para la recogida, basta con equipar la cosechadora combinada con una barra para cortar cereales que, en principio, debería estar ya en la explotación.

 

 

Rotaciones con sorgo y resistencia frente al cambio climático

La siembra del sorgo es bastante tardía (comienza entre finales de abril y principios de mayo) en comparación con la de otros cultivos de primavera. Esto puede ser ventajoso en el caso de lluvias y una plantación difícil, ya que los otros cultivos son menos flexibles y tienen una menor capacidad de adaptación si se siembran de forma tardía. En otras palabras, la introducción del sorgo en las rotaciones permite ampliar las ventanas de siembra en primavera.

No obstante, es imprescindible vigilar que el suelo tenga reservas de agua suficientes y que los terrenos muy superficiales cuenten con riego. Con todo, el sorgo es interesante porque sus posibles necesidades de riego son precoces (en torno a mediados de julio). Por tanto, son anteriores a las restricciones de agua que se producen en agosto. Asimismo, las exigencias hídricas del sorgo son limitadas durante la fase de llenado de granos.

 

Rotación con sorgo y fertilidad del suelo

El consumo de nitrógeno, fósforo y potasio del sorgo es moderado. Además, una buena parte de los elementos minerales extraídos vuelven al terreno durante la cosecha. De esta manera, el 40 % del nitrógeno movilizado por el cultivo regresa al suelo en forma orgánica, mientras que el potasio también se restituye en gran parte a través de los residuos de la cosecha. Por el contrario, el fósforo se exporta principalmente con el grano.