800 000 T. Es el volumen de sorgo que ha consumido España desde septiembre de 2018. ¡Esto equivale a 10 veces más que en 2015!
Dado el bajo nivel de su producción (45 000 T), históricamente España ha tenido por costumbre abastecerse en Europa: Francia, Ucrania y Rusia son los países que más han contribuido a cubrir estas necesidades. Pero desde mayo de 2018, ha entrado en escena un nuevo actor entre sus países proveedores: Estados Unidos. Este último, debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que enfrenta a los dos países con aranceles aduaneros, ha encontrado en España una forma de vender los volúmenes que antes se vendían en China. Todo comenzó en mayo de 2018. China, en respuesta a los aranceles estadounidenses aplicados al acero chino, tomó represalias mediante aranceles aplicados a determinados productos agrícolas estadounidenses, entre ellos la soja y el sorgo. Consecuencia: Las importaciones chinas de sorgo estadounidense han pasado de más de 6 toneladas anuales a casi 0. Lo que ha llevado a Estados Unidos a buscar nuevos mercados, especialmente en Europa. Las exportaciones estadounidenses a España comenzaron en mayo de 2018: casi 250 000 T entre mayo y junio de 2018, y 700 000 T desde septiembre.
El sorgo americano en España: ¿amenaza u oportunidad?
La fuerte introducción del sorgo americano en el mercado español podría suscitar cierta preocupación por parte de los operarios europeos, si bien hasta ahora España importaba principalmente del suroeste de Francia, y de forma más esporádica de Ucrania y Rusia. Hasta la fecha, las exportaciones estadounidenses a España no han tenido ningún impacto en las exportaciones francesas: los volúmenes se han mantenido estables en los últimos cinco años. Las exportaciones de Ucrania y Rusia disminuyeron, pero esto se debió principalmente a la falta de bienes disponibles en estos dos países, que no habían previsto el aumento de la demanda española. De este modo, la explosión del consumo español de sorgo (debido principalmente a las necesidades del sector porcino), demuestra que este cereal tiene auténticas cualidades para la creación fórmulas y que la alimentación animal representa una oportunidad para el futuro.
Europa dispone de importantes activos para satisfacer esta demanda, como el sorgo de grano que, gracias a su genética, tiene un potencial de productividad muy elevado. Además, la calidad de sus semillas y la diversidad de los contextos edafoclimático en los que se desarrolla hacen que su producción sea segura.